Creo
que escritos como el que traigo hoy al blog son cada vez mas
necesarios. Cuando personas de la talla intelectual como la de Vicenç Navarro son silenciadas por los grandes medios, aparece la sospecha
de que la supuesta democracia en la que vivimos no lo es tanto.
Se
hace cada vez más palpable que al ciudadano medio de éste país se
le ningunea e ignora de forma flagrante.
"Una
de las mil razones para estar indignados",
por
Vicenç Navarro,
Catedrático de Políticas Públicas.
Universidad Pompeu Fabra, y
Profesor de Public Policy. The Johns
Hopkins University
“Si usted, lector, no está indignado es
que no sabe qué está pasando
en su país. Seguro que es
consciente de que la situación económica y
social del país no
está yendo bien. En realidad, está yendo muy mal.
El desempleo
ha alcanzado niveles récord en la Unión Europea y en
España. Y
las agencias internacionales más fiables dicen que la
economía
española no alcanzará los niveles de desempleo que tenía
antes
de que se iniciara la crisis hasta veinte años (sí, ha leído
bien, veinte años a partir de ahora). Y puesto que el desempleo
juvenil es el doble del general, estos pronósticos quieren decir
que estamos quemando nuestro futuro, pues muchas generaciones
jóvenes estarán en una situación desesperada, habiendo sido
convertidas en inservibles.
Esta situación de los jóvenes está
también afectando negativamente
al futuro de la Seguridad
Social, contradiciendo, por cierto, el famoso argumento de que el
problema de las pensiones es que hay demasiados ancianos y muy
pocos jóvenes. La falacia de este argumento queda claramente al
descubierto en la crisis actual. El problema de las pensiones no
es que no haya jóvenes sino que no hay trabajo para ellos.
Este
es el problema que el famoso argumento catastrofista basado en la
transición demográfica oculta.
Esta crisis ha sido
consecuencia de unas políticas públicas llevadas
a cabo por
gobiernos bajo el mandato de instituciones altamente
influenciadas
por la banca, tales como el Banco Central Europeo, la
Comisión
Europea y el Fondo Monetario Internacional. Se lo digo yo, que soy
Catedrático de Políticas Públicas y he visto muchos casos antes,
en otros continentes, que experimentaron crisis muy semejantes.
En realidad, a finales del siglo XX, Latinoamérica sufrió una
situación muy parecida.
Estos bancos que tienen una
enorme influencia política (muy, pero que muy marcada en España,
donde el gobierno Rajoy es un mero instrumento de la banca),
están forzando e imponiendo políticas que son la causa de la
crisis. Cito solo un detalle. El gobierno Rajoy está recortando y
desmantelando el Estado del Bienestar de España (lo mismo ocurre
en Catalunya con el gobierno de Artur Mas), recortando y
recortando gasto y empleo público a fin de reducir el déficit y
la deuda pública. Estos recortes están contribuyendo a destruir
empleo y bajar la demanda que debería estimular la economía.
Ahora bien, a pesar de los recortes, la deuda pública
española
continúa subiendo y subiendo, ascendiendo ya a 664.000
millones de
euros (lo cual es mucho dinero). Usted y yo pagamos
los intereses de
esta deuda, que representa ya el segundo
capítulo del presupuesto del Estado después de la Seguridad
Social. Este dinero suyo y mío va a los bancos que han comprado
esta deuda. Hoy los bancos españoles tienen casi la mitad de
esta deuda, 299.000 millones. La pregunta que debe hacerse es: ¿Y
de dónde saca el banco el dinero para comprar la deuda?
Pues,
mire usted, por mucho que le sorprenda, procede de préstamos
públicos. Cada año los bancos españoles piden prestado dinero
al
Banco Central Europeo, BCE, una institución pública (que no
funciona
en realidad como un banco central, sino como un lobby de
la banca), a unos intereses bajísimos, menos del 1%. El BCE se
lo presta para que los bancos se lo presten a usted y a mí, y a
las pequeñas y medianas empresas, y así se resuelva el enorme
problema de falta de crédito que ha paralizado la economía. No
sé si usted ha intentado conseguir un préstamo de la banca. Si
lo intenta, verá que no es fácil. ¿Y, por qué no es fácil,
si reciben tanto dinero del BCE?
La respuesta no es difícil
de ver. Los bancos ganan mucho más dinero
comprando deuda
pública a unos intereses muy altos (que el discurso
oficial
indica que el Estado necesita ofrecer para que los Estados
puedan
conseguir prestado dinero de los bancos), de un 4%, 6%, o incluso
13%. Imagínese el chollo que significa que reciban dinero a
menos del 1% y con ello compren bonos que les generan una
cantidad de dinero muchas veces mayor que la que pidieron
prestada del BCE. ¿Se da cuenta?
Y, sepa usted, que los
banqueros en España están entre los mejor
pagados de la Unión
Europea. Y los bancos más importantes de España
han estado
entre las empresas con mayores beneficios. Si después de
leer
todo esto no se ha indignado, es que no me he explicado bien.
Pero
si me ha entendido bien, entonces prepárese para incrementar su
nivel de indignación, pues todo esto es totalmente innecesario.
Todo
este enorme sufrimiento, incluido el elevado desempleo, es
totalmente evitable. Es, repito, innecesario y dañino y existe
única y exclusivamente para el beneficio primordialmente de la
banca. La
solución a esta situación es extremadamente fácil.
El BCE debería
prestar el mismo dinero, no a la banca privada,
sino a los Estados, y dejar que estos lo ofreciesen a usted, a mí
y a las pequeñas y
medianas empresas, al mismo tipo de interés
que el Estado lo recibe del BCE. Mire que fácil.
Y usted
preguntará ¿Y por qué no se hace así? Pues porque la banca
tiene
un enorme poder sobre el BCE, sobre las instituciones que
gobiernan
la Eurozona, sobre el gobierno español y, no lo olvide, sobre los
medios de información y persuasión. Y un ejemplo de ello es que
este artículo que ha estado leyendo no se publicará en ninguno
de los cinco rotativos más importantes del país. De ahí que le
sugiera que lo distribuya ampliamente entre amigos y familiares,
porque la escasísima democracia que tenemos tiene que cambiarse
y ello empezará por tener una ciudadanía informada, que es lo
que no tenemos.”
Y... en
tono de humor, mi dibujo de hoy ilustra cómo esos “depredadores
financieros” nos traen y nos llevan y hacen con nuestras vida lo
que les viene en gana... y disfrutan.