Aquí tenemos
una imagen que representa una sección de la cabeza en la que vemos el interior
de la fosa nasal. En éste espacio, al respirar, quedan retenidas algunas
moléculas de las que van flotando disueltas en el aire.
Las conexiones neuronales del bulbo olfativo se encargan de
hacer llegar su señal al interior de la bóveda craneal para su identificación y
clasificación.
Nuestro cerebro las relaciona y nos informa de cómo debemos
actuar, así por ejemplo, si se descubre
que han penetrado feromonas, desde lo más recóndito de nuestro cerebro se nos
ordenará mover las caderas delante y atrás, delante y atrás… Cuando todo vaya mal, mueve tus caderas una vez más, delante y atrás…
Es una ilustración hecha con aerógrafo y
posteriormente digitalizada.
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