El sol cae implacable
sobre nuestras cabezas. Se agradece una buena sombra y, si se puede, un buen
remojón. Suena como música de fondo el canto de las chicharras, viene a
acompañar al de las golondrinas, ellas hace ya algún tiempo que revolotean frenéticamente
sobre nuestros tejados, y como no, el zumbido de las moscas impertinentes, siempre
presentes en los momentos más inoportunos.
Son
sonidos que forman parte de la banda sonora del verano. Figurantes en un
escenario estival de mano sobre mano donde el tiempo pasa lenta y plácidamente.
Una ilusión? Una esperanza? Un recuerdo de la infancia? Dónde está esa imagen de mano sobre mano donde el tiempo pasa lenta y plácidamente? De nuevo la magia del tiempo, antes y ahora, jugando al corre corre que te pillo con él y cuando creemos alcanzarlo nos despista con cualquier urgencia y se evapora.
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