Tibia puede ser aquella mujer que no da ni frio ni calor o, la leche que nos tomamos justo antes de que se enfríe demasiado, pero también nos referimos a aquellos huesos con los que los piratas solían decorar sus banderas acompañados de una temible calavera. Aquellas banderas que provocaban el terror en los mares del Caribe -y en otros también-, eran un aviso para navegantes de que, si ofrecían la menor resistencia, sus huesos podían acabar en las profundidades del océano haciendo compañía a los peces, y no sólo las tibias, sino también los peronés, o los cúbitos y radios… si, como esos del dibujo.
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