sábado, 29 de enero de 2011

ingravidez

  1. En ocasiones, ¿a quién no le gustaría sentir una placentera sensación de ingravidez?... Newton, ya hace algún tiempo, nos demostró al resto de los humanos, de forma fehaciente, el porqué no nos es permitido… a pesar de que, en el agua y en otros fluidos, las leyes de la física no nos lo impiden.
    En la actualidad hay suertudos, como nuestro Pedro Duque, que pueden darse ese gustazo, aunque eso sí, siempre a muchos kilómetros en dirección contraria del centro de nuestra querida tierra y embutido en un traje especial y espacial. Mas cerca del centro de la tierra nos podemos permitir algunas experiencias que nos harán sentir sucedáneos de esa sensación: podemos ir en globo, volar en parapente, caer en paracaídas, etc… en fin, emular a Ícaro en su imposible pretensión.
    Pero amigos, tampoco es algo tan extraño, pues todos, si, todos, hemos vivido esa experiencia… si volvemos hacia atrás en nuestro pasado -ojala lo pudiéramos recordar-… flotar en la ingravidez del vientre materno era nuestro estado natural antes de nacer… quizás por eso de forma inconsciente ese deseo nos invade a veces… pensando estas cosas estaba yo cuando se me ocurrió crear esta imagen que se acerca a esa idea.

1 comentario:

  1. Es muy bueno, ya me gustaría poder sentir eso de lo que tu tan bien hablas

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