jueves, 31 de marzo de 2016

Tarotxorcismo

El último trabajo cinematográfico del director Alberto Noriega ya está circulando por festivales. En ésta ocasión es un largometraje. Su título: "Tarotxorcismo". El misterio está garantizado. La trama sigue, como en otras ocasiones, en la línea de los fenómenos paranormales y ocultos. 
Os muestro el cartel que he elaborado para su promoción: 


sábado, 19 de marzo de 2016

Fascitis plantar

Una lesión dolorosa, incomoda y  frecuente entre la gente caminante, es la fascitis plantar. Como la sufro en silencio, me he interesado en su estudio. Así es que, como ilustrador que soy, representarla gráficamente es el primer paso y aquí os muestro el resultado. Además es mi propuesta para la cuarta convocatoria del concurso de ilustración científica de Il·lustraciencia


lunes, 7 de marzo de 2016

Los productores de fuego

"...Tropezó entonces con uno de los hombres, Castor Gris, que estaba en cuclillas arreglando algo con unos palos y musgo seco extendido en el suelo. Colmillo Blanco se le acercó y se quedó observándolo. Castor Gris producía con la boca unos sonidos que el cachorro no
consideró de carácter hostil, y se le acercó aún más. Varias mujeres y niños le iban llevando al indio palos y ramas. Era evidente que el trabajo que realizaba urgía. Colmillo Blanco fue andando hasta tocar la rodilla de Castor Gris: sentía tanta curiosidad que se olvidó de que el hombre era terrible. De pronto vio elevarse algo raro, como una neblina, de aquellos palos y musgos que estaban bajo las manos del indio. Luego, entre los palos mismos, apareció una cosa viva que se retorcía y daba vueltas, una cosa de color parecido al del sol que brillaba en el cielo. Colmillo Blanco ignoraba lo que era el fuego. Le atrajo como la luz que veía a la entrada de su covacha le había atraído antes en los comienzos de su vida. Se arrastró hasta aproximarse a la llama. Sobre él oyó sonar una risa ahogada
de Castor Gris, que le confirmó la idea de que tampoco aquel hombre le era hostil. Entonces su nariz tocó la llama y su lengua se alargó para lamerla. Se quedó un instante paralizado..."
En éste párrafo del libro de Jack London, Colmillo Blanco conoce en sus propias carnes, con sorpresa y dolor, el poder del fuego. Hasta ese momento no había sabido de su existencia. En su nueva vida con los humanos, descubre cómo éstos lo usan para su provecho. Colmillo Blanco sabe entonces que debe respetar y temer a ese ser extraño que camina a dos patas y que puede hacer que los objetos muertos cobren vida a su voluntad.